Despedimos la Semana Santa con unos versos que el genial poeta pozoalbense, Hilario Ángel Calero, escribió hace 60 años, y fue publicado tal día como hoy, un 12 de abril.
Cristo de Medinaceli
Entre dos filas de luces
trémulas y sombras largas,
están llorando dos cirios
lágrimas de cera parda.
En la túnica, los lirios
de sus manos, se destacan
como palomas heridas
que quieren volar sin alas.
Llenando el aire de pena,
se rompe, con el lamento
de una saeta, el silencio
de la noche nazarena.
Fuente imagen: www.cruzdeguiapozoblanco.com
El quejido lastimero
cuenta, que las golondrinas
le quitaron las espinas
a Jesús en el madero.
El viento grave, piadoso,
mueve su larga melena,
queriendo tapar la pena
de su rostro doloroso.
Una congoja, testigo
de mi dolor, me conmueve.
¿Qué remordimiento hiere
para que sufra contigo?